Apóstol de la fe
1805-1898
"Por la fe Abel...Por la fe Noé...Por la fe Abraham..."Así es como el Espíritu Santo cuenta las increíbles proezas que Dios hizo por intermedio de los hombres que osaron confiar únicamente en él. Fue en el siglo XIX que Dios añadió lo siguiente a esa lista: "Por la fe Jorge Muller erigió orfanatos, alimentó a millares de huérfanos, predicó a millones de oyentes alrededor del mundo y ganó multitud de almas para Cristo."
Jorge Muller nació en 1805 de padres que no conocían a Dios. A la edad de diez años fue enviado al colegio con el propósito de que comenzara su preparación para el ministerio, pero no con el fin de servir a Dios, sino única y exclusivamente para llegar a tener una carrera, y vida cómoda. Esos primeros años de estudios transcurrieron en prácticas de vicios a los que se entregaba cada vez más, llegando en una ocasión a estar preso durante 24 días por ese motivo. Pero Jorge, una vez que quedó en libertad, comenzó a esforzarse en sus estudios, levantándose a las cuatro de la mañana y estudiando durante todo el día hasta las diez de la noche. Sin embargo, él hacía todo eso para alcanzar una vida descansada de predicador.
No obstante, a los 20 años de edad se produjo una completa transformación en la vida de ese joven. Asistió a un culto donde los creyentes, de rodillas, imploraban a Dios que hiciese caer su bendición sobre la reunión. Nunca se olvidó de aquel culto, en que vio por primera vez a los creyentes orando de rodillas; quedó profundamente conmovido con el ambiente espiritual, al extremo de querer buscar él también la presencia de Dios, costumbre esa que, luego, no abandonó por el resto de su vida.
Al entregar su vida al servicio sincero de Dios, Muller dejó los libros y comentarios y se dedicó a estudiar la Biblia en oración, y testifica haber leído la Biblia por lo menos 200 veces y por lo menos 100 veces la leyó estando en oración de rodillas. Las armas que Muller utilizó durante toda su vida fueron las Escrituras y la oración; Muller dedicaba unas dos horas diarias en íntima oración y además testifica que en todo lo que hacia nunca dejaba de orar!!! Decía que gracias a la oración millares de almas eran salvas como respuesta de Dios por la oración por los perdidos; Muller vivía en Espíritu de oración...
Muller aprendió a confiar en Dios para todo en su vida y en su ministerio no creía en comprar a crédito y tener deudas ni tampoco trabajaba por un salario fijo, pues decía que trabajar por salario fijo podía ser tropiezo para el crecimiento de la Iglesia y carga para los hermanos y creyó totalmente que Dios era el que le supliría para sus necesidades y para el ministerio. Jorge Muller sintió el llamado de Dios hacia la obra misionera, y al ver que Dios le suplía y cumplía sus promesas en el, comenzó a buscar y recoger niños huérfanos que se encontraba en las calles abandonados y alimentarlos y les enseñaba las Escrituras y mientras más niños ayudaba más Dios lo bendecía hasta que llegó a tener de 30 a 40 niños a su cuidado.
Al mismo tiempo fundó la Junta para el conocimiento de las Escrituras del país y en el extranjero. El fin era: (1) Auxiliar las escuelas bíblicas y las escuelas dominicales. (2)Divulgar las Escrituras. (3)Aumentar la obra misionera. Todo esto se llevaría acabo con los mismos principios de confiar en la ayuda de Dios y sin tener que pedir al prójimo. La palabra de fe en la cual Muller se apoyaba era en el (salmo 81:10) "Abre tu boca y yo la llenaré." Bajo esa promesa fue que Muller pudo fundar un orfanato para niños y otro para niñas.
Todo lo que Muller necesito para el orfanato como el dinero para el hogar, los muebles, y el personal que iba ayudar para cuidar de los niños huérfanos, Muller se lo pidió a Dios en oración y la respuesta no se tardó en venir. Tres meses después Muller inauguró un hogar para niñas abandonas, pero el día de la inauguración se supo que no tenían todavía ni una niña; Muller se fue en oración y al siguiente día recibieron a la primera niña y antes de terminar el mes tenían 26 niñas y 42 esperaban ingresar al orfanato. Muller testificó que de esa misma manera recibió de Dios la respuestas de sus oraciones el mismo día más o menos de 5,000 veces y acostumbraba llevar un registro de todas sus peticiones con sus contestas que le servia para recordarle todas las veces que Dios le había contestado; para así fortalecer su fe.
Respondiendo a muchos que querían saber cómo el creyente podía adquirir una fe tan grande, les dio las siguientes reglas: "1) Leer la Biblia y meditarla. Se llega a conocer a Dios por medio de la oración y de la meditación de su palabra. "2) Procurar mantener un corazón íntegro y una buena conciencia. "3) Si deseamos que nuestra fe crezca, no debemos evitar aquello que la pruebe y por medio de lo cual ella sea fortalecida. "Además para que nuestra fe se fortalezca, es necesario que dejemos que Dios actúe por nosotros al llegar la hora de la prueba, y no procuremos nuestra propia liberación. "Si el creyente desea poseer una fe grande, debe dar tiempo para que Dios trabaje." Los 5 edificios construidos de piedra labrada y situados en Ashley Hill, Bristol, Inglaterra, con sus 1,700 ventanas y espacio para acomodar a más de 2,000 personas, son testigos fieles de esa gran fe sobre la cual él se expresó.
A la edad de 69 años Jorge Muller comenzó sus viajes evangelísticos, en los cuales predicó muchas millares de veces, en 42 países, a más de 3 millones de personas anunciándoles el evangelio de Jesucristo; Estuvo casado con su primera esposa por 40 años hasta fallecer y a la edad de 66 años se casó con su segunda esposa, hasta la edad de 90 años cuando estuvo celebrando un culto de despedida en el cual él predicó y dirigió todos los servicios en la Iglesia y en el cementerio.
En el año 1898, a la edad de 93 años, la última noche antes de partir para estar con Cristo, sin haber demostrado ninguna señal de disminución en sus fuerzas físicas, se acostó como de costumbre a la mañana del día siguiente fue "llamado", según la expresión de un amigo al recibir las noticias que así explican la partida:"Querido anciano! Muller desapareció de nuestro medio para irse al Hogar Celestial, cuando el Maestro le abrió la puerta y lo llamó tiernamente diciéndole: ven." Dios le concedió a Jorge Muller en aportaciones para su ministerio a través de los años más de 20 millones de dólares, y el número de atendidos en los orfanatos asciende a 19,935 personas; Jorge Muller fue un gran ejemplo de fe durante toda su vida que vivió en esta tierra que dejó su huella para que nosotros la evidenciáramos amén!!!
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